Dicen que en esta vida tiene que haber de todo y que todos tenemos una media naranja o un gemelo en París, y aunque esto sean frases populares de tiempos inmemorables lo cierto es que describen en cierto modo lo que ocurre con la tecnología y el grandísimo abanico que hay ya de todos los productos. Las cámaras de fotos, sin ser algo imprescindible y más bien para un público que al menos se defienda, no se salen de la norma y si vamos a lanzarnos a la compra nos veremos inmersos en un océano de cámaras, lentes y accesorios. Y la Nikon Coolpix P900 es un pez muy, muy específico en ese gran océano.

En ocasiones se busca definir las cámaras como profesionales o no, si bien eso cada vez es más difuso tanto por el hecho de los híbridos entre los tipos de cámara como por la generalización de la fotografía en cuanto a sus practicantes. Y es posible que la Coolpix P900 esté a caballo entre estos dos ámbitos y se adapte a un perfil de usuario tan híbrido como su propia naturaleza, ya que se trata de una compacta avanzada con la particularidad de que la óptica que monta es un teleobjetivo de 2.000 milímetros apoyado de un zoom de hasta 83 aumentos. ¿Cómo se defiende lo más grande en el menor espacio según Nikon?

Compacta o no compacta, ésa es la cuestión

Quizás el adjetivo de compacta en la práctica sea relativo, dado que aquí no se trata de aquí no hablamos de un dispositivo tan manejable y ligero como las compactas avanzadas de ópticas menores como las Fuji X o las Sony Alpha. Cuando sostenemos la Coolpix P900 nos recuerda más a una réflex con espejo y con un objetivo considerable, que en total suponen alrededor de los 900 gramos y unas medidas de 139,5 × 103,2 × 137,4 milímetros (la Canon PowerShot G16PowerShot G16, una compacta con un 35 milímetros, pesa unos 360 gramos y mide 108,8 x 75,9 x 40,3 milímetros). Teniendo en cuenta esto, es bastante ergonómica y el agarre y el manejo son cómodos una vez nos hemos habituado al peso, así como la disposición de los controles. No obstante, para salidas de duración prolongada puede resultar pesada con las horas si no estamos acostumbrados a manejar un equipo pesado.

«Para salidas de duración prolongada puede resultar pesada con las horas si no estamos acostumbrados a manejar un equipo pesado»

Destaca la protuberancia superior del flash, que se prolonga sobre la óptica a modo de parasol y que se activa también de manera cómoda y fácil si se desea (o por defecto según el modo). Una visera que nos recuerda que la cámara tiene integrado un sistema de GPS para poder geolocalizar las fotografías.

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La experiencia del disparo: sensaciones de un extremo a otro

En cuanto a las características técnicas se trata de una compacta con óptica fija de 24-2.000 milímetros con f2.8-6.5, con una distancia mínima de enfoque que permite apurar bastante si intentamos disparar en modo macro (1 centímetro, 50 en modo normal). Monta un sensor CMOS de 1/2,3 pulgadas con unos 16,76 millones de píxeles totales, y podemos ajustar la sensibilidad ISO desde 100 hasta 12.800, aunque según qué valor busquemos puede que tengamos que cambiar de modo (este valor máximo de 12.800 está disponible en modo Monocromo ISO alta dentro del de efectos especiales). Así, que el flash esté al final de esa visera no es casualidad, y de hecho tiene un alcance máximo de 7-11,5 metros según usemos o no la función de teleobjetivo.

Más allá de las especificaciones, la experiencia del disparo tiene un punto positivo para empezar, y es la opción de poder elegir entre el visor óptico o el electrónico. La visualización de ambos es más que aceptable, tanto en lo referente a los elementos en el óptico como en cualquiera que sea la condición de luz en caso del electrónico. Y para quienes buscamos encuadres poco convencionales, el LCD es articulado y podemos inclinarlo o voltearlo a nuestro gusto y necesidad.

Así, la experiencia a la hora de disparar es satisfactoria en cuanto al manejo de los controles, si bien la revisión del manual de instrucciones previa a sacar la Coolpix P900 de paseo será prácticamente imprescindible sobre todo si es nuestra primera vez con una cámara avanzada (o una Nikon). Como suele ser habitual, la cámara pone a disposición varios modos de disparo, que en este caso van más allá de los habituales (con más o menos características automáticas y manuales) con el fin de aprovechar bien el gran objetivo, como el de Fuegos artificiales, Luna u Observación de aves.

«Si nuestro fin es apurar al máximo el teleobjetivo, no hay que confiar al 100% en el estabilizador de imagen»

El juego con los botones no es complejo una vez se “rompe el hielo” con la cámara (esto será más o menos largo según nuestra experiencia y reticencia a leer el manual en caso de no tenerla, pero aún así no es compleja). Tenemos algún botón más específico como el de zoom de retroceso rápido en el lateral del objetivo (al lado del control lateral de zoom) o el botón personalizable (podemos configurarlo para cambiar el modo, la ISO, el balance de blancos, la medición de luz, el tamaño de imagen, el modo de enfoque o el modo de color. Si nuestro fin es apurar al máximo el teleobjetivo, no hay que confiar al 100% en el estabilizador de imagen, que si bien hace su papel bastante bien teniendo en cuenta el aumento de las imágenes, lo habitual es que si vamos a pulso (sin trípode) sea complicado estabilizar el disparo (debido a nuestro propio pulso y a lo significativo que es cualquier temblor en el encuadre cuando se enfoca un objetivo a kilómetros de distancia). Eso sí, si somos de “todo manual” o ajustar la velocidad de obturación, tendremos que tener en cuenta este ajuste cuando juguemos con el teleobjetivo (para prevenir un montón de fotografías para la basura), dado que no hay ninguna limitación automática.

Algunos datos que pueden resultar interesantes en cuanto al disparo para aquellos usuarios que atiendan a los detalles son los tiempos medios de disparo. El tiempo medio que se tarda entre entender la cámara y disparar son unos 2 segundos de media, y aproximadamente 1,3 entre disparo y disparo (el doble si hablamos de uno con flash, dado que éste es el tiempo que tardamos en apretar el botón y eyectarlo. No son tiempos malos pero sí resulta algo lenta en almacenar según los modos, por ejemplo tras disparar una ráfaga.

Algo particularmente complejo y poco intuitivo es el enfoque manual. Para ajustarlo hemos de jugar con los controles de modo que hacemos una aproximación por fases que no llega a entenderse en los primeros momentos, al menos si no estamos familiarizados. Podemos seleccionar algunos modos de enfoque como es habitual, pero si nos inclinamos por el manual quizás convenga de nuevo preparárnoslo con el manual antes de lanzarnos a jugar con él, sobre todo teniendo en cuenta que esta cámara está diseñada para ser una todoterreno y enfocar a elementos tanto cercanos como alejados.

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Un gran objetivo requiere una gran responsabilidad

«Según qué tipo de disparos acostumbremos a hacer será más o menos limitada»

La calidad es aceptable en la mayoría de situaciones, sin que destaque pero salvando situaciones que otras cámaras no son capaces de defender sobre todo en lo referente al teleobjetivo, aunque aquí la calidad se ve comprometida cuanto más apuremos con ese zoom. Según qué tipo de disparos acostumbremos a hacer será más o menos limitada, pero en general hace las veces de cámara todoterreno cumpliendo más bien de manera ajustada. En las fotos nocturnas se obtienen resultados aceptables y con trípode podemos seguir sacando partido de ese zoom. No obstante, es muy complicado sacar una instantánea que no sufra de falta de nitidez.

Eso sí, si no nos hemos leído el manual y no encontramos la configuración del tipo de archivo al hacer fotografías no nos volvamos locos: con la CoolPix P900 no vamos a poder disparar en RAW, una carencia bastante importante que hace que el lado “pro” al que aspira a medias pese bastante menos y la balanza se incline hacia lo amateur.

En cuanto al vídeo, la Coolpix P900 hace buenas tomas en buenas situaciones de luz, bajando bastante la calidad cuando ésta escasea en cuanto al detalle. No tiene puerto para el micrófono externo, pero los micrófonos incorporados capturan bien en general.

Conclusiones

Ésta no es una unidad para iniciarse en el mundo de la fotografía ni para sustituir un equipo profesional con teleobjetivo. Probablemente Nikon haya querido acercar la experiencia de éstos (en la medida de lo posible) al cliente medio que no quiere complicarse con el intercambio de objetivos y que busca un equipo para situaciones de naturaleza u otras en las que no siempre se puede estar cerca de lo que se quiere fotografiar.

Puntos positivos:

  • Sensor para activar el visor
  • Buena visualización
  • Tamaño y precio relativamente ajustados en comparación a equipos DSLR con teleobjetivo similar.
  • NFC y wifi

Puntos negativos:

  • La calidad de las imágenes se queda bastante justa (sensor pequeño), sobre todo las nocturnas
  • No dispara en RAW
  • No dispone de jack para micrófono

Anna Martí MAC TODAY

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