La concejala de Turismo y Medioambiente visita la explotación salinera para conocer los distintos aspectos  del producto turístico y lsu implantación en Torrevieja

 

La concejala de Turismo y Medioambiente, Fanny Serrano, ha realizado una visita de trabajo a las Salinas de Aigues Mortes (Camargue), -perteneciente al Grupo de Salins- que combina la producción de sal con la explotación turística del complejo. Una visita que ha servido para profundizar en el trabajo que se viene realizando en Torrevieja de cara a abrir la salinera local a los visitantes siguiendo un modelo de éxito consolidado.

En la reunión de trabajo, la edil se ha entrevistado con Florence Saki, directora de Comunicación y de Turismo del Grupo de Salins y con Nathalie Froidevaux, la responsable del área de Turismo de las salinas de Aigues Mortes. Además, ha estado acompañada por el director general de Salins España, Emilio Díaz Caneja.

Actualmente las salinas de Aigues Mortes ofrecen un amplio abanico de posibilidades turísticas para la visita y disfrute de un espacio que, como las de Torrevieja, posee altos valores medioambientales, una flora y fauna única y un entorno paisajístico privilegiado y diferenciado de cualquier otra oferta turística. Las visitas comenzaron en 1984 en colaboración con la oficina de turismo municipal pero el incremento de la demanda ha ido haciendo evolucionar el producto turístico ofrecido por la salinera de forma que se creó un departamento propio y específico que gestiona la explotación turística de las salinas.

Se puede visitar las salinas en tren turístico (parecido al habanero), incluyendo visitas al anochecer en los meses de julio y agosto; en bicicleta de montaña guiadas o de forma libre, a pie (novedad de este año) e incluso disponen de una garbera para uso exclusivo turístico permitiendo a los visitas que escalen hasta la cima para disfrutar de unas vistas increíbles de la explotación salinera.

Serrano ha recordado que “las responsables turísticas de las salinas francesas ya realizaron una visita de prospección a las salinas de Torrevieja y me han asegurado que el potencial turístico de nuestras salinas es alto.  Durante los próximos meses visitarán nuevamente Torrevieja para colaborar en la puesta en marcha de la explotación turística que confían que será un éxito”.

La edil también ha indicado que “las salinas de Aigues Mortes son muy diferentes a las de Torrevieja, tanto en el sistema de recolección como en su superficie, son muchísimo más extensas pero sin embargo producen menos cantidad de sal que las torrevejenses. La explotación turística es un éxito que crece año a año y es evidente que las vías de explotación turística que llevan décadas perfeccionando son perfectamente trasladables, con sus necesarias adaptaciones, a Torrevieja”.

Serrano ha afirmado que “la propiedad de las salinas es extensísima e incluye en su interior una playa privada que también puede ser visitada por un reducido número tasado de turistas diarios. La visita a la playa es una novedad dentro del catálogo de las salinas y puede incluir o no un almuerzo especialmente preparado para el visitante”. La edil también ha visitado el centro de almacenaje, las oficinas y el resto de instalaciones así como la zona de las garberas (que aquí se llaman Camelle). El recorrido se ha completado con el acceso al Museo de la Sal y a la boutique –el último punto al que accede el visitante-  en la se pueden encontrar todo tipo de sales, productos alimenticios relacionados con la sal, una línea de cosmética propia, así como los típicos productos de souvenir adaptados a las peculiaridades de las salinas.

Al final del encuentro se sumó Christian Delacoste, responsable de la explotación industrial de las salinas, quien explicó el método de recolección, que difiere de las de Torrevieja al limitarse a la evaporación del agua del mar, sin aportes externos. Así que se recoge una cosecha de sal una vez al año de agosto a septiembre, de octubre a febrero es cuando los estanques se desalan naturalmente por las lluvias de forma natural.  La recolección se realiza mecánicamente, la de sal y flor de sal.

La explotación turística e industrial de las salinas se realiza de una forma ecológica preservando la biodiversidad del paraje natural en el que se ubica.  En 2013 se les concedió el premio a la mejor gestión en materia de biodiversidad otorgado por el Ministerio francés de Medio Ambiente y en 2014 el galardón Marianne d’Or por sus programas de salvaguarda de los flamencos rosas, el residente más numeroso de las salinas y una de sus imágenes de referencia. Este año 2017 las salinas han recibido más de 160.000 visitantes a falta de dos semanas para el cierre de la temporada. Una cifra que ha ido aumentando de año a año.

La jornada concluyó con una reunión en el Ayuntamiento de Aigues Mortes con la concejala delegada de Turismo, Noemí Claudel, y su adjunta al cargo de la Oficina de Turismo Municipal, Magalie Puech, donde quedó de manifiesto “la colaboración que desde un primer momento ha llevado a cabo el Ayuntamiento y la salinera. Realizan eventos conjuntamente con las salinas como telón de fondo, cooperan en las visitas y llevan a cabo programas de puesta en conocimiento de las salinas a los más de un millón de visitantes anuales que recibe Aigues Mortes, exposiciones abiertas en las calles de la ciudad con espectaculares fotografías de las salinas, exposición de fotografías, cenas de blanco en las salinas con cócteles preparados sobre la garbera y un largo etcétera”.

Serrano ha afirmado que en la experiencia francesa “queda claro que es necesario que el Ayuntamiento esté desde el inicio cooperando con el lanzamiento del producto turístico, valorando y perfeccionando el producto de acuerdo con el análisis de las necesidades y gustos de los visitantes”.

Por último, “se han mostrado muy interesados en conocer todos los detalles turísticos de Torrevieja y especialmente de nuestras salinas, quedando emplazadas a realizar una visita a nuestra ciudad, quizás cuando se inaugure las visitas.” Tras la reunión hubo un intercambio de ideas e información turística y la concejala entregó un barco de sal y recibió unas botellas de vino de Sable, típico de la zona.

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