Como un gran guardían, de metro noventa, nos recibió una persona barbuda y corpulenta, como un actor de los sesenta, pero con cara de buena persona. Tenía los ojos vivos y alegres y sonrisa contagiosa. Se llamaba Pedro Albadalejo. Nos situaba ante la puerta roja de la Cueva de Melpómene. Un local comercial alargado, de paredes negras, y avisos de color rojo sanguíneo. Melpómene. La pregunta sobre su origen desplegó una carcajada cuando fue hecha. Melpómene: La musa del teatro trágico es la anfitriona de esta sala de teatro independiente que abrió en verano y ya ha presentado un total de 21 obras. La Cueva de Melpómene ha hecho en unos meses lo que no pudo hacer el Teatro de Torrevieja en años, sentar las bases de una nueva cultura del teatro en Torrevieja. La Cueva de Melpómene es la primera sala independiente de teatro que hay en Torrevieja, todo un hito para las artes escénicas de la ciudad y los aficionados al teatro. Esta sala se encuentra como una isla sobre un margen de la Avenida Gregorio Marañón, en el número 46, a la altura de Doña Sinforosa, cuenta con sólo 50 plazas para presentar un espectáculo exclusivo, reservado para un selecto grupo de personas que sepan apreciar el teatro con pasión.
¿Cómo empezó la Cueva de Melpómene?
Pedro Albadalejo: En la búsqueda para conseguir el local nos facilitaron este, a mi padre no le importaba dejarnos este local, y una vez mi padre nos lo cedió, me junte con Matías Antón y Antonio Espuch. Hicimos los números que solo sirvireron para el primer mes, y resultó que eso sería lo que terminaríamos pagando cada mes.
Fueron unas cuentas bastantes optimistas, confesó Pedro Albadalejo entre risas. En la recepción que Pedro nos hizo ante su local nos comentó que la Cueva no tenía ningún margen de beneficio, ya que lo recaudado de las entradas se iba en pagar la luz y a las compañías de teatro que los visitaban. La Cueva de Melpómene tiene como objetivo presentar un espectáculo diferente cada semana. Para ello cuentan con gente del entorno, representan obras originales, y tienen un potente músculo técnico por las aportaciones de sus fundadores: verdaderos expertos en artes escénicas a nivel local. Ante la conocida falta de margen de beneficio, y de solidez económica, les pregunté a Pedro Albadalejo y a Matías Antón, de si alguna vez habían recurrido a las vías institucionales de financiación: Ayuntamientos o concejalías.
Matías Antón: No teníamos dinero, esto lo abríamos a nivel independiente para poder hacer, decir, o ser libres para hacer lo que quisiéramos. En el momento en el que te están asistiendo económicamente, no puedes contradecir a la gente que te paga, porque te cortan y se acaba. Nosotros hicimos los números para hacerlo de manera independiente, aunque no cerramos la puerta. Por eso, de todos modos, vamos a trabajar con el ayuntamiento. Pero cuando tuvimos la primera reunión con el antiguo gobierno fue para presentarnos, para decirle esto es lo que vamos hacer; no vamos a pedirte dinero. A Luis María Pizana le pareció interesante, y ahora con el nuevo concejal contamos con respaldo. No hacemos algo para lucrarnos en plan capitalista . Es algo interesante para la ciudad, para crear una oferta diferente.
Pedro Albadalejo: Antes, la oferta cultural era: “¿a qué garito nos vamos a beber?”; y si no teníamos dinero, “¿a qué parque nos vamos a beber?”. Era difícil encontrar una buena película, un buen cómic, pero ahora tenemos una ciudad en la que vemos que hay niños que cada fin de semana vienen. Ojalá hubiera tenido yo esa suerte. Se cuentan cosas bellas, y creamos nuevos entornos, conocemos a los chavales, siempre les ponemos los cojines delante para que se sienten delante, son un bien para el pueblo, más que a nivel particular.
La Cueva de Melpómene se financia a través de sus cursos de interpretación para adultos y para niños, ese es su principal sustento según Matías y Pedro. Les pregunto ahora por los resultados que han cosechado:
Matías: A veces nos creemos pioneros. La primera y única sala de teatro independiente en Torrevieja. Ojalá hubiera más.
Pedro: Notamos que la gente repite, los adultos, los niños, y eso es muy buen síntoma. Que cada vez que haya algo, se estén informando. Nosotros no podemos hacer gastos en publicidad. Estas entrevistas nos ayudan a darnos a conocer un poco, o el programa de “Cuando los hipopótamos sueñan con teatro”. Es esa gente la que hace posible este proyecto.
«Cuando los hipopótamos sueñan con teatro» es un espacio de radio, emitido en Onda Cero, que con mucho humor deforma la realidad de Torrevieja y la Vega Baja. Está producido por el prolífico Miguel Jiménez Buendía, publicista con amplia experiencia radiofónica, y se puede oír a través de podcasts,o en Onda Cero a las 15:10 todos los jueves.
Jorge Salazar: ¿Creéis que es necesario hacer una pedagogía sobre consumo de teatro para fomentarlo, os veis en disposición de hacerlo?
Matías: Tiene que venir por parte de la propia gente y la propia educación, que tiene que fomentar el consumo de teatro. Nosotros lo que proponemos es que haya una obra de teatro cada semana, distinta, y completamente diferente siempre. Siempre me han dicho que esto no se había visto jamás en Torrevieja. Personalmente es gratificante y muy reconfortante porque es algo bastante bueno que igual a nadie se le había ocurrido. Y no es porque esto sea una idea innovadora, es porque jode que a nadie se le hubiera ocurrido antes.
Jorge: Desde ningún ámbito: ni municipal, ni privado…
Matías: Hemos perdido una cultura teatral que venía de los 50 – 60’s , la gente, al menos por Estudio 1, tenía una concepción diferente del teatro. Lo consideraban otro modo de expandirse culturalmente, más que el cine, que ha dejado de lado a las artes escénicas, que encasilla al teatro como un evento elitista al que asistir una vez al año o dos. Eso es lo que intentamos romper, o que le cambie el chip a la gente. La gente cuando va la cueva se da cuenta que no es un teatro grande y ves la comunicación que hay entre actor y espectador que transforma la semiótica del teatro, por la cercanía que hay siempre en los espacios más reducidos.
Jorge: A vosotros como actores, como personas que veníais de las artes escénicas, ¿como sentisteis el momento de tener que emprender económicamente con este proyecto?
Pedro: Fue la vida la que nos dijo que hiciéramos esto.
Jorge: ¿La crisis?
Matías: No creo que cambiara que la sala hubiera nacido al final.
Pedro: No habría cambiado nada la crisis. Es un deseo que teníamos de antes. Si él estuviera en Madrid y yo en Hawai no habría salido, pero estábamos haciendo cosas en el mismo territorio y decidimos unirnos.
Matías: El teatro siempre ha estado en crisis excepto en el siglo de oro español, o en el teatro grecolatino, nunca hubo un boom maravilloso. Nosotros ya contábamos con este escenario, y no estábamos industrializados. Lo que fuera la Cueva de Melpómene tomó forma en el festival Área 51, llevado a cabo en los bajos del Hotel Torrejoven, en al antigua discoteca Área. Este año se repitió y sirvió de inauguración para la cueva porque ya teníamos el local, y la gente ya conocía al festival del año anterior. Funcionó.
Jorge: ¿Qué perspectiva le veis a la Cueva de Melpómene en el futuro?
Pedro: Hacer un referente en el teatro. Tenemos la esperanza de poder programar viernes, sábado y domingo sin temor a que la sala no se llene todos los días. Se está ofreciendo un proyecto de visitas teatralizadas al Ayuntamiento, por otro lado. Ese es nuestro largo plazo, pensar en 2016, porque pensar en 2017 es más estúpido. Tenemos la cabeza ocupada e ideas para desarrollar, así que hay que ir poco a poco y hacer las cosas bien.
La conversación continuó fluyendo aquel lunes por la noche con pinta de viernes, quizás fuera por el ambiente magnético que irradian estos dos emprendedores del teatro torrevejense, pero La Cueva de Melpómene es un lugar para querer quedarse y disfrutar. Es un proyecto que nace de artistas de dilatada experiencia y extenso currículum que se unieron con Antonio Espuch, Miguel Ángel Hernández, y Maite Martínez para crear una de las maravillosas osadías que tiene el arte de vez en cuando y toma la calle. Diagonal a los vetustos árboles del Parque Doña Sinforosa nace un germen de un nuevo teatro de la mano de Matías, Pedro, Maite, Miguel Ángel, y Antonio, haciendo pedagogía sin saberlo, elevando al teatro al lugar que merece. Su próximo espectáculo tendrá lugar el 2 y el 3 de enero en el local de la Calle Gregorio Marañón. Pueden hacer sus reservas con Maite Martínez al teléfono 605.689.835
A continuación pueden descargar el programa en PDF