“ERA DEMASIADO TARDE”
Era demasiado tarde para escribirme,
yo ya me había ido de mí y el frío no me permitía salir corriendo,
aunque para qué.
Era muy tarde y mi enferma actitud sobrepasaba ya los límites,
hacía demasiado frío como para pensar en mi paracaídas,
yo seguía mirándome a través de mi travesía caótica,
seguía pronunciado un nombre atropellado, seguía pisando pasos estropeados.
Devolví ese cuento en el que todos nos guardamos,
y es que a mí solo me hizo daño,
y de verdad que me mataba por cuidarlo.
Algo se había roto en algún rato de mi corazón, necesitaba sangre limpia de acciones correspondidas,
necesitaba parar de nombrar cosas inútiles.
No aguanté mi propia caída,
y me iba cruzando con más golpes,
devoraba sus bordes para acabarlos,
pero no se cansaban de mi tacto.
Era extraño.
Era inhumana mi posición,
Y todo porque llegué tarde a consultarlo con el corazón.
Versos Rojos