La plataforma “Salvemos Lo Ferrís”, que se ha organizado para salvaguardar el paraje de la cala y el palmeral del sur de Torrevieja, denuncia ilegalidades en la construcción del “muro de la vergüenza” con el que la empresa con intereses urbanísticos pretende delimitar un sector de esta área natural.
El vallado de unos 800 metros de recorrido, que estará compuesto por casi un metro de bloque hormigón coronado con otros 1.5 metros de metal, se está levantando como obra menor sin realizarse un estudio de integración paisajístico, generando un impacto en el valor patrimonial, ambiental y social de la zona.
Según la información que maneja la plataforma, tampoco se ha tenido en cuenta el Catálogo de Vías Pecuarias de la Comunitat Valenciana, que indica que existe una Cañada Real de la Costa, con una longitud de 14.590 metros. En concreto, en el término de Torrevieja se inicia en Punta Prima para seguir por la costa hasta Cabo Cervera donde se adentra buscando la laguna de la Mata, por lo que el “muro de la vergüenza” estaría dentro del dominio público de una cañada real.
Por ello, la plataforma de vecinos enviará un escrito al ayuntamiento para que investigue esta presunta ilegalidad urbanística y medioambiental que se estaría cometiendo con la construcción de un muro que ocuparía una parte de terreno que es de todos, como es una cañada real, de forma que el consistorio solicite el deslinde y el amojonamiento.
La Ley 3/2014, de 11 de julio, de la Generalitat, de Vías Pecuarias de la Comunitat Valenciana establece que “son bienes de dominio público de la Generalitat y, en consecuencia, inalienables, imprescriptibles e inembargables”. Asimismo, “la Generalitat tiene el derecho y el deber de investigar, tanto desde el punto de vista histórico como administrativo, la situación de los terrenos que se presumen pertenecientes a las vías pecuarias a fin de determinar la titularidad efectiva de las mismas”.
Esta norma determina que en el caso de las cañadas reales se deben contar 75 metros de anchura a partir del deslinde de Costas, mientras que ahora con el vallado ha quedado reducida a sólo 6 metros en algunos tramos.
Conviene recordar que la Comunitat Valenciana cuenta con un rico patrimonio de estas vías, conformando una red de más de 14.000 kilómetros (en toda España hay más de 125.000 kilómetros) y “ha devenido en uno de sus principales activos medioambientales”.
La propia normativa argumenta que hoy en día contamos con una densa red de vías pecuarias que esta ley pretende “conservar en toda su superficie como una malla de corredores naturales” y dotar a la Comunitat Valenciana de “una estructura verde de comunicaciones independiente de la red de carreteras, lo que mejorará la calidad de vida de sus ciudadanos”.
Además, la Administración quiere adaptarlas a las demandas de la sociedad moderna, compatibilizando los usos tradicionales y su original función de tránsito ganadero con los tiempos actuales: “Esta nueva utilidad tiene que ver con las actividades recreativas y medioambientales como el paseo, el senderismo, la cabalgada y otras actividades que permiten al ciudadano disfrutar y relacionarse con la naturaleza”, unas funciones que tradicionalmente ha cumplido el paraje Lo Ferrís y que ahora se ven alteradas por el “muro de la vergüenza”.
Por último, la ley indica que son vías naturales que conectan espacios y donde encuentran acomodo multitud de especies de la fauna y la flora valenciana, “cuando no han llegado a tener la consideración ellas mismas de espacios dignos de conservación por los hábitats que albergan y por sus valores paisajísticos”. Sin duda, en consonancia con el palmeral y su sistema dunar.
Tránsito peligroso
Cabe destacar que la servidumbre de paso tampoco se ajusta a la legalidad. El artículo 52 del Reglamento General de Costas indica que la zona de tránsito recae sobre una franja de terreno de 6 metros de anchura, medidos tierra adentro a partir de la ribera del mar. Sin embargo, “cuando el tránsito sea difícil o peligroso, su anchura podrá ser ampliada hasta un máximo de 20 metros”.
A pesar de que el vallado propicia en algunos tramos un paso peligroso, en ninguno de esos casos alcanza los 20 metros, por lo que la plataforma cree que las autoridades pertinentes deben estudiar la paralización de la obra.
“Salvemos Lo Ferrís” ha recogido quejas vecinales que advierten que el “muro de la vergüenza”, sobre todo en algunos tramos, dificulta el acceso y tránsito de personas, en especial de aquéllas con dificultades de movilidad, así como el paso de vehículos auxiliares como ambulancias o bomberos.
Por último, la plataforma señala que, como ha recordado la empresa con intereses urbanísticos en el paraje, “Ferrís Bajo lleva muchos años vallada con un muro de hormigón que no cumple con ninguna normativa”.