El Alcalde ha recibido en el Salón de Plenos a supervivientes y familiares de las 19 personas fallecidas en aquel ataque

Se hará un concurso de ideas público para la realización de un monumento conmemorativo

 

El Ayuntamiento de Torrevieja, representado por miembros de la Corporación municipal, ha rendido hoy un homenaje institucional a las víctimas del bombardeo que en 1938 se produjo en la ciudad y que dejó 19 fallecidos, 45 heridos graves y 200 heridos leves.

El alcalde, José Manuel Dolón, ha señalado  en su intervención desde la presidencia del Salón de Plenos en el que se ha sentado rodeado de Joaquín García Sánchez, que vivió aquel suceso, y José Manuel Martínez Andréu, familiar de tres fallecidos en el mismo –entre ellos su abuela-, que ante “el silencio al que se ha sometido este hecho desde el propio Ayuntamiento durante todo este tiempo, era necesario que todas las fuerzas políticas nos uniéramos para realizar este recuerdo”, del que ha indicado es “una fecha que no se puede borrar como si no hubiera existido, como si nunca hubiera pasado”.

Dolón ha comentado que se hará un monumento en recuerdo a las víctimas y que para ello se convocará un concurso de ideas abierto “para que el resultado no sea sólo una decisión de un equipo de Gobierno, que no solo tiene la firme voluntad de recuperar del silencio y dar un reconocimiento a las víctimas, sino también del pueblo de Torrevieja en memoria de sus antepasados y de un trozo de su historia”.

Martínez Andréu ha agradecido este acto, del que ha dicho “es un homenaje a la verdad” y que “ha roto la barrera del silencio, que es la peor sepultura”. Por su parte, García Sánchez, quien tenía tres años cuando se produjo el bombardeo y que a pesar de ser tan pequeño dice “recordar cómo lo vivió la familia”, ha dicho alegrarse de que por fin “se honre la memoria de aquellas personas que murieron”.

El 25 de agosto de 1938, Torrevieja recibió un ataque aéreo por parte de una escuadrilla italiana localizada en Mallorca. A esas horas (las 10 de la mañana), los torrevejenses, en su mayoría mujeres y niños, hacían cola con sus cartillas de racionamiento para recibir pescado. El bombardeo tuvo un ángulo de entrada que afectó al Faro, siguió por el Relleno, la Plaza Waldo Calero, la Fábrica de la Luz y acabó en Cabo Cervera. Entre los 19 fallecidos sólo una persona superaba los 60 años, cinco rondaban la treintena, siendo el resto menor de 30 años, de los que 8 eran niños, el menor de 2 meses. Salvo tres militares, el resto era población civil. Hubo familias que perdieron hasta tres miembros en el ataque.

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