El Factor condicionante
Se viven momentos intensos, diría que hasta históricos, en el día a día Municipal, no es algo que sorprenderá al lector del presente artículo. Es evidente que el espectro Municipal debería asumir sus obligaciones con responsabilidad para poder concatenar y llevar a buen puerto la base principal del discurrir urbano, los presupuestos. Aprobarlos ejercería ese empuje hacia arriba igual al peso del volumen que desaloja, como Arquímedes, a una ciudad que lo necesita como el comer. Difícil será, no me cabe duda, en unos tiempos donde la sociedad parece estar más puesta en términos económicos que sirven para tirar por tierra cualquier plan, relegando a una segunda fila la capacidad política de resolver u obrar, pero también resultará interesante comprobar, como prueba piloto, si existen intenciones reales de ajustarnos todos conforme a las exigencias legales y a los ideales, que caso de aprobarse, supondrían una puesta de largo global y única. Luego ya vendrá el Tío Paco. Nuestro partido está orgulloso de haberlos estudiado con toda la coherencia necesaria.
Toda esta exposición para indicar que aún existen, desafortunadamente, valores no incorporados, conscientes, obviamente, de la imposibilidad de agradar a todos a corto plazo pero Sueña Torrevieja no obviará en un futuro cercano. Si uno puede estar contento al haber incorporado partidas inmediatas para valores de importancia vital si se desea construir esa Torrevieja 2.0, basada en la reconversión turística medioambiental que tan buenos resultados han dado en otros Municipios que innovan no solo de palabra, caso reserva de nuestra costa, no cesaremos en el empeño de apostar por otras que sigan la estela de la modernidad sin olvidar el acervo popular de una Torrevieja con historia en tierra y en mar.
Considero absurdo, por ejemplo, viralizar noticias como la de aplicar la eutanasia a una réplica de pailebote llamado “Pascual Flores”, simplemente porque tenga la documentación caducada, por segunda vez consecutiva, por cierto. Utilizar la convulsión mediática o política en este asunto para que se convierta en un Teatro, 2ª parte, me parece injusto. Hubiese preferido la misma intensidad de preocupación cuando se quemaba dinero a espuertas y finalizar los proyectos con sus debidas certificaciones, caso de un Teatro demasiado teatralizado, o preocuparse por la esencia de los casi 6 millones invertidos en motor, madera y velamen, que no era otra cosa que la de flotar, porque los barcos flotan, como su hermana “Carmen Flores”, aunque ya no es un hermano “per se”, sino más bien una especie de Dolly con ligeras notas amaderadas. Dicho así, suena a humor de Gila y sus guerras – “Los barcos, de color bien, pero no flotan”- solo que no se trata, desafortunadamente, de ningún “gag” humorístico. Lo triste es que la realidad supera a la ficción.
Habrá que ejercer toda la fuerza política para aprovechar que el dispendio tenga al menos posibilidades de resurrección turística o educativa. Fuera de cualquier connotación política, el velero deja boquiabierto a cualquiera, y sus 26 metros de eslora, costaron, más menos, el importe de todos los autobuses que se pretenden municipalizar.
Sueña Torrevieja tampoco se olvidará de otros símbolos abandonados, como el Coto Real, con una piedra monumental de homenaje en el paseo de La Mata que nadie que pasea acierta a adivinar de qué se trata, o el Fondeadero Romano, o la tremenda historia de una viña Matera que ha sorteado mejor a la Filoxera Vastratix que a los nuevos tiempos y a los políticos.
La historia, por concluir, debe estar inmersa en la imagen turística, como la música, instinto natural Torrevejense que se ha colado en nuestro genoma y no olvidaremos. Alea jacta est.
Alejandro Blanco Vega
Grupo Municipal Sueña Torrevieja