El sábado 30 de septiembre, a las 20 horas, con el salón principal del Casino repleto de público, y con la presencia del alcalde, José Manuel Dolón, y del vicepresidente de la Diputación, Eduardo Dolón, entre otras autoridades, Ars Creatio cerró su noveno ciclo de conferencias “Torrevieja y el Mar” con la aportación del investigador local Rafael Torres Montesinos. El acto fue presentado por Ana Meléndez, secretaria de la asociación cultural. Además de su faceta de empresario, Torres destaca asimismo en la pintura, la escultura —es autor del busto de Campoamor a la entrada de su calle— y la literatura. En la faceta que desarrollaba en esta jornada como ponente, fue fundador y miembro del comité de redacción de Alquibla, revista de investigación del Bajo Segura.
Durante su exposición, el conferenciante puntualizó un minucioso recorrido por la historia de nuestra comarca y por cada uno de los restos arqueológicos estudiados durante años, con la visita a archivos provinciales y nacionales. Después de relatar la anécdota de cómo empezó, en su infancia, su interés por la arqueología, nos llevó a la influencia de los distintos pueblos (fenicios, iberos, romanos, árabes) en la Vega Baja. Subrayó la aportación de los primeros con el alfabeto de 22 signos, completado después por los griegos con las cinco vocales. Pasó por las vías romanas de la Contestania, donde se asentaron romanos y cartagineses, antagonistas en las guerras púnicas. Ofreció detalles de la construcción de las calzadas romanas, que se usaban para desplazar ejércitos de modo eficaz. Habló de los conocidos miliarios. Concretó en el antiguo convento de San Ginés (hoy dehesa de Campoamor) el paso de la Vía Augusta, así como la importancia de la zona de Catral en las comunicaciones terrestres de la época.
En la siguiente parte de su conferencia, Rafael Torres fue pormenorizando sus estudios sobre los distintos restos arqueológicos que se conservan en la comarca, cuyos museos animó a visitar. Desde la influencia de los árabes entre Guardamar y Rojales con su encauzamiento del río y la implantación de productos hoy naturales para nosotros como el azafrán o las naranjas, pasando por la villa romana de Montesinos y la jugosa peripecia de Quintín Huertas (descubridor del tesorillo de La Marquesa, formado por dirhames califales de Córdoba), hasta detenerse en Torrevieja, no hubo un minuto de desperdicio.
Ya en nuestro municipio, Rafael Torres trató sobre la factoría romana de la laguna de La Mata, donde se hacía garum, y sus caminos empedrados, en los que han sido halladas monedas de los siglos i y ii. Todo un curso se nos ofreció sobre la Torre de las Salinas, construida en 1320 durante el reinado de Jaime ii. También salió a relucir el episodio de Luis de Santángel en la financiación de los Reyes Católicos y cómo trabó conocimiento con Cristóbal Colón. Después de los intentos de convertir la laguna en albufera, y de distintas etapas en su explotación, finalmente con José Salamanca se mejoran las condiciones de extracción de sal.
La torre del fiel o del cargador se construyó en 1768. Rafael Torres ilustró sus palabras con diversas fotografías sobre sus distintas restauraciones.
Las torres de defensa de la costa fueron construidas como defensa de los ataques berberiscos en el Mediterráneo. Aunque ya los sufrió Carlos i, fue su hijo Felipe ii el que mejoró el sistema defensivo con el italiano Juan Bautista Antonelli. La Torre Vieja, origen de la ciudad, estaba asentada en la intersección de las hoy calles de Patricio Pérez y Orihuela. Se daba la circunstancia de que en la costa no había mucha población por el temor a que los piratas las llevaran prisioneras a Argel (uno de los ilustres cautivos fue Cervantes). Carlos iii liberó a varios prisioneros de Tabarca y algunos de ellos fueron a Torrevieja, motivo de los numerosos apellidos italianos en la población actual. La torre de Cabo Cervera (o del Moro), parte de la cual se cayó a causa del terremoto de 1829, fue reconstruida de distintas formas. Rafael Torres contó con cierta tristeza cómo descubrió los cimientos de la torre de Gras o de Nicolás Pastor, pero no fue apoyado por las autoridades de la época, por lo que se han perdido. Estableció una serie de hipótesis sobre la ubicación del supuesto puerto romano de La Mata, animando a que se investigue sobre él. La prueba de que existía el comercio radica en unas monedas encontradas. Por último, habló sobre el Acequión de Torrevieja, explicando cómo pudo haber sido en su origen.
Durante toda la conferencia, Rafael Torres se apoyó en su reconocida faceta de pintor para ilustrar con recreaciones todos sus descubrimientos. De esta manera, el público pudo ver con claridad las construcciones a las que se hacía referencia, aunque éstas hubieran desaparecido. Otro detalle destacable fue la presencia, a cada lado de la mesa, de las dos piedras de la Torre Vieja que conserva, vestigios de incalculable valor.
Terminó el acto con la intervención de Josefina Nieto, presidenta de Ars Creatio, que reivindicó la historia de Torrevieja y a los historiadores torrevejenses, con los cuales la ciudad tiene una deuda moral. Asimismo, informó de que, por causas de la programación de ambas entidades, el presente era el último acto que por el momento Ars Creatio desarrollaba en el Casino, a cuyas directivas agradeció la ayuda dispensada durante estos años y el reconocimiento con el primer premio concedido en pro de la cultura local.
Antonio Sala Buades