Cuando hablamos de lenguaje, nos referimos a la capacidad innata del ser humano para expresar su pensamiento, para comunicarse. Ello conlleva el desarrollo de un proceso cognitivo mediante el cual aprenden a comunicarse de formar verbal utilizando la lengua natural usada en su entorno próximo desde el nacimiento, durante toda su infancia hasta la pubertad. Dicho proceso está cronológicamente limitado, ya que sucede principalmente durante los primeros 4 o 5 años de vida del niño, después todo lo adquirido se va afianzando y mejorando hasta la adultez.
Por ello, es tan importante hacer oídos sordos a lo de “ya hablará” o hacer comparaciones con familiares los cuales también empezaron a hablar tarde. Está claro que cada niño tiene un desarrollo propio y las comparaciones no son buenas ni correctas, pero cierto es que hay un desarrollo del lenguaje establecido y, dejando unos meses de margen, las adquisiciones se deben ir haciendo progresivamente y en la edad que corresponde.
A continuación, vamos a hablar sobre las adquisiciones, por edad, que debemos tener en cuanta durante la primera infancia en nuestros niños.
- 0-4 meses: El bebé se está adaptando al nuevo entorno, olores, personas, ruidos… y si a ésta edad todavía no hablan ¿cómo se comunican?, mediante el llanto y la sonrisa. El bebé debe mostrar su malestar a su cuidador mediante el llanto, así como su bienestar con sonrisas. Comienza a reconocer voces cercanas y cotidianas en su día a día. Y además, hay que tener en cuenta que debe existir una succión nutritiva y no nutritiva correcta.
- Nos preocupamos cuando el bebé no presenta respuestas adecuadas a diferentes situaciones, si se muestra constantemente irritado y llorando aún en situaciones de tranquilidad, o por el contrario, se muestra demasiado indiferente a situaciones tanto de bienestar, en el reconocimiento de voces cotidianas… como en situaciones de malestar. Y cuando en ocasiones tenemos la sensación de que la succión no es la correcta, por ejemplo, cuando toma pecho o biberón y por más que succiona, el líquido que ingiere es el mínimo o sufre atragantamientos constantemente.
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- 5-11 meses: El bebé comienza a emitir sonidos guturales aislados “ga”, consecuencia de experimentar sus propios órganos fonatorios, para después dar paso al balbuceo reduplicativo “gaga”, “baba”… Más tarde comienza a imitar sonidos con funcionalidad y onomatopeyas. Y respecto a la comprensión, se gira al escuchar su nombre, comienza a comprender palabras familiares y comienza a señalar, inicialmente para conseguir lo que quiere.
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- Nos preocupamos cuando no vemos que se inicie ése balbuceo de sonidos guturales aislados, y por consiguiente no va desarrollando dicho balbuceo hasta llegar a imitar algunos sonidos con funcionalidad. Así, también es señal de alarma cuando no es capaz de señalar o no se gira al escuchar su nombre.
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- 12-14 meses: El niño comienza a articular palabras, que, aunque no son del todo correctamente articuladas, sí se acercan mucho a la palabra original, y dicho repertorio léxico debe contener al menos 5 palabras. Comienza a comprender órdenes sencillas acompañadas con apoyo visual y su comprensión léxica es bastante mayor a la expresiva, es decir, comprende bastante más palabras de las que es capaz de expresar.
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- Nos preocupamos cuando el periodo de balbuceo se extiende demasiados meses en el tiempo y no aparecen articulaciones más correctas que se parezcan a las palabras. Cuando el niño se irrita y se enfada con demasiada facilidad, cuando no comprende el “no” y cuando no comprende vocabulario básico y por consiguiente tampoco las órdenes sencillas acompañadas de gestos.
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- 15-18 meses: El vocabulario expresivo del niño debe ir en aumento, y en ésta etapa su repertorio expresivo debe estar entorno a unas 20 palabras evocadas, así mismo debe ser capaz de repetir mucho más número de palabras.
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- Nos preocupamos cuando no aparecen las primeras palabras, cuando únicamente es capaz de evocar 1 ó 2 emisiones y no es capaz tampoco de repetir otras palabras desconocidas. Cuando sigue sin comprender mayor vocabulario y sigue sin comprender órdenes sencillas apoyadas de gestos visuales.
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- 19-24 meses: En ésta etapa, su vocabulario expresivo debe estar entorno a las 50 palabras. Debe comenzar a realizar estructuraciones de 2 elementos “quiero agua”, y comienza a comprender órdenes sencillas sin apoyo visual.
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- Nos preocupamos cuando su repertorio léxico es menos de 20 palabras, cuando sigue sin ser capaz de repetir palabras que no conoce, cuando sigue la etapa telegráfica y no es capaz de estructurar frases de dos elementos y cuando sigue sin comprender órdenes sencillas sin apoyo visual.
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- 2-3 años: En ésta etapa hay un incremento muy rápido del vocabulario expresivo, entorno a las 800 palabras forman su repertorio léxico. Comienza a estructurar frases de más de dos elementos correctamente, se comienza a dar importancia a la articulación, ya que comienzan a adquirir los fonemas según se van desarrollando sus órganos fonoarticulatorios y por último, es capaz de comprender órdenes más complejas sin apoyo visual.
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- No preocupamos cuando su vocabulario es muy limitado y no avanza, cuando sus estructuraciones siguen siendo telegráficas, de una sola palabra, cuando utiliza en mayor medida los gestos para comunicarse, cuando no se le entiende a nivel articulatorio fuera de su entorno familiar, y cuando sigue necesitando ayuda con la comprensión de órdenes sencillas.
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Como hemos comentado más arriba, cada niño tiene su propio desarrollo, pero hay unos estándares, que meses arriba o meses abajo debe ir cumpliendo.
La detección precoz de dificultades en éste tipo de adquisiciones es muy importante, ya que en ésta primera infancia es cuando se establecen los cimientos del lenguaje y la comunicación.
Como consejos básicos para una correcta estimulación del lenguaje desde bebés es, hablarles correctamente, con tonos atractivos para ellos pero de una forma correcta, ya que es igual de difícil aprender una palabra correctamente evocada a una palabra mal evocada. Ayudarles a investigar su entorno y ayudarles a aprender cada uno de los nombres. Retirar el chupete y el biberón, así como la succión digital a tiempo para evitar malformaciones dentales. Ayudarles a ser autónomos. Ayudarles a elaborar frases cada vez más completas, a que comprendan preguntas, a que sepan contestar… básicamente a que aprendan que el lenguaje sirve para comunicar y que con ello pueden conseguir lo que quieren y necesitan, y todo ello, desde casa, es muy importante que se haga jugando, que se diviertan aprendiendo porque es la única forma en la que se interioriza todo lo que aprendemos. Y cuando desde casa se perciba que algo no va bien respecto al lenguaje, acudir a un logopeda colegiado para que os informe, valore y acompañe en la preocupación.
Yessica López Ortiz (Diplomada en Logopedia)
Nº COLCV 46683
Logopeda de la Casita Bilingual School