Mírame

Mírame con ojos cadenciosos

que quiero hacer un cielo de miradas,

dos hermosos luceros con tus ojos

y dos planetas los míos en la nada.



Yo quiero la inocencia en tu mirada

que reflejas siempre cuando duermes,

y quiero la impaciencia

alegre, jovial y distraída

con que afrontas la luz 

día tras día. 



Y miras a la vida, 

y no la temes.

Quiero ver el mundo en tus pupilas

y no tener más campo de visión.

Quiero acunarme dulcemente

en la caída

de los párpados, que cubren tu hermosura,

y dormirme en el sueño de tu amor.



Mírame por fin enamorada,

que estalle en mil pedazos 

mi existencia,

que esa ilusión sea como un hito

y viva eternamente adolescencia.



Mírame, tan sólo mírame,

y envuelto en un halo de deseo,

me iré con tu mirada al infinito.



Matías Antón Mena (La soledad autótrofa)