Ingredientes para la base:
200g de galletas oreo (con relleno incluido)
50g de mantequilla blanda
Ingredientes de relleno:
– 200g de queso crema tipo Philadelphia
– 200ml de nata muy fría 35%MG
– 3 láminas de gelatina
– 50ml de nata caliente
– 125g de yogur griego
– 100g de azúcar común
– Una cucharada de miel
– Una pizca de sal
Ingredientes para la cúpula roja:
– 2 sobres de gelatina sabor fresa
– 900ml de agua
– Colorante rojo (opcional)
Para la decoración:
– Una galleta mini oreo
– Un poquito de chocolate fundido
Elaboración:
– Engrasamos un molde desmontable de 18cm de diámetro y lo forramos con papel vegetal en su base y laterales (Lo engrasamos previamente para que el papel se quede adherido y no se mueva)
– Preparamos la base triturando las galletas oreo en un robot de cocina (yo las metí en una bolsa y las machaqué a golpes con el rodillo, desestresa, haces ejercicio, por lo tanto adelgazas y luego no hay que fregar. Todo son ventajas!) Las mezclamos con la mantequilla fundida hasta formar una pasta y las ponemos de base en el molde.
– Las presionamos bien e intentaremos dejarlas niveladas, nos ayudamos del reverso de una cuchara para este menester.
– Reservamos en el congelador.
Preparamos el relleno hidratando las hojas de gelatina en agua fría durante 5 minutos. Las escurrrimos y las deshacemos en los 50ml de nata caliente y reservamos.
En un bol ponemos el queso, la miel, el azúcar, el yogur, la gelatina disuelta que no estará caliente y la sal. Batimos todo para que nos quede una mezcla cremosa sin grumos.
En un recipiente aparte, montamos la nata con varillas eléctricas. Mezclamos con la crema de queso con movimientos envolventes para evitar que la nata se baje y vertemos la mezcla encima de la base de galletas. Llevamos de nuevo al congelador de un día para otro.
– A continuación, preparamos la parte superior de gelatina.
Vamos a necesitar un bol tipo ensaladera de 1litro de capacidad (no importa si es de algo menos o algo más)
Lo que sí importa, es que debemos asegurarnos que tiene el mismo diámetro que el molde donde hemos hecho la tarta de queso, no importa si es un pelín menos, así que a lo mejor si usáis un bol de mayor capacidad tendréis que mirar por donde os cuadra este diámetro y llenar hasta ahí (me entendéis, no??) Lo untáis de una fina capa de aceite de oliva suave o girasol, tanto da, ninguno de los da sabor.
– Reservamos.
Llevamos a ebullición 400ml de agua, deshacemos en ella el contenido de los sobres de gelatina, si os queda un color paliducho (a mí me quedó) le agregamos un poquito de colorante rojo para subirle el tono y que tenga gracia la cosa. Mezclamos muy bien y añadimos el resto del agua muy fría.
Vertemos la gelatina en el bol (aquí me sobró un poco porque creía que iba sobrada con el recipiente de 1litro de capacidad al usar 900ml de agua pero y la gelatina qué! (no conté con ella) Así que me sobró gelatina, que lo sepáis.
– Llevamos a la nevera de un día para otro.
Para el montaje retiramos la tarta del congelador y la ponemos sobre el plato o fuente en el que la vayamos a servir pero dada la vuelta, es decir, con la base de galletas hacia arriba.
Retiramos la gelatina de la nevera y hacemos un poquito de presión con los dedos por todo el borde de la gelatina para que se despegue del molde, damos la vuelta al molde con la mano debajo para asegurarnos de que la gelatina se suelta, si no fuese así podemos introducir el molde unos instantes en agua caliente, pero no debería ser necesario. Colocamos con cuidado la gelatina sobre la tarta de queso.
Para la decoración abrimos la mini galleta oreo al medio y nos quedamos con la parte que tenga el relleno. Fundimos una pizca de chocolate en el micro y con ayuda de un palillo ponemos una gotita de chocolate en la parte opuesta al relleno de la galleta. La pegamos a la tarta sujetándola unos instantes. (Enseguida se quedará pegada al estar la tarta helada) Y ya está! Podemos servirla así congelada o dejarla descongelar. Cómo más os apetezca pero a medio descongelar está perfecta o por lo menos muy muy fría.