juan carlos garcía sala
juan carlos garcía sala

Los que ya tenemos una edad, nos seguimos acordando del período de servicio militar, (afortunada o desafortunadamente desaparecida su obligatoriedad, a finales del 2001) como una época digamos diferente durante 18 meses, donde la vida tomaba otro rumbo y según los más mayores, servía para hacernos hombres.  Pues bien, los que pasaron por ese período, recordarán las famosas novatadas, bromas de mejor o peor gusto,  pero siempre dirigidas a tomar contacto con la cruda realidad del ejército. Dichas novatadas, las llevaban a cabo los más veteranos que aprovechando su experiencia, pasaban y hacían pasar un rato de agobio a los recién llegados. Como era de esperar, poco a poco esos novatos esperaban a los nuevos, para a su vez gastar esas bromas. Y así un mes tras otro, hasta la licencia y vuelta a la vida normal.

Pues bien, en este nuestro bendito pueblo, está pasando lo más parecido a este proceso. Después de 27 años de gobierno, llegó el momento de cambiar las tornas y efectivamente, el pueblo decidió cambiar lo rancio por lo fresco. Pero héteme aquí que nos encontramos con unos novatos y otros veteranísimos, tan veteranos que contaban  en su haber toda clase de circunstancias,  como el crecimiento desproporcionado del pueblo, a base de licencias por decreto, construcción de carreteras, infraestructuras, puentes, autovías, teatros, molinos, auditorios, zurullos (con perdón) gigantes, etc., etc. Todo presuntamente, afectado por el virus del 3 por cent.

Pero todo esto, no fue casual, llevaba la inercia del derroche y el despilfarro, que desde Valencia llegaba a todos los rincones de la Comunitat. Fueron los años locos del PP, coches caros, viajes, joyas, trajes, caviar, hijos adoptivos y otros vicios inconfesables (pero conocidos), amaños en contratos de basuras, que llevaron con el tiempo a la cárcel a muchos corruptos, como a nuestro ilustre Hernández Mateo.

Aquellos barros, trajeron los lodos que estamos sufriendo y pagando de nuestros bolsillos, ante la asombrosa pasividad de la justicia en ESTOS casos, como dijo el registrador Rajoy “esos casos aislados” (sic).

Pues ese partido con tanto rodaje, recibió a los nuevos con la novatada de conocer los recovecos, las trampas y las tripas de la administración, hasta el punto de ser capaces (eso sí, legalmente), de hacer la vida pública imposible de gestionar, poniendo trabas diarias a la buena pero inocente voluntad de los nuevos. Al mismo tiempo, utilizando una ingente cantidad de “peones”, encargados del trabajo diario, en redes sociales y corrillos locales, magnificando y escandalizándose cada día de cualquier noticia, evento o fallo del gobierno actual. Peones que como es normal en una partida de ajedrez, serán sacrificados a las primeras de cambio, para volver a estar en primera línea cuando comience la próxima partida.

Mientras tanto, seguiremos con la novatada, que ya sabemos hasta cuándo va a durar.

Juan Carlos García Sala 

Vocal Sueña Torrevieja

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