Estamos en Navidad y una de nuestras mayores preocupaciones, ¡los regalos!, en especial, los regalos para los más pequeños de la casa y no solo por el dinero que estos regalos van a costarnos, sino porque nos toca hacernos una pregunta en ocasiones difícil de responder, ¿qué les regalamos?
Sin embargo, el problema real no es el qué regalar, sino el hecho de que los niños no focalicen sus expectativas en los regalos que van a recibir, sino en las fiestas en sí. Debido a eso, ya muchos padres están comenzando a dar pautas a sus familiares sobre los regalos a hacer a los niños, sobre todo cuántos regalar y qué tipos de regalos hacer.
También es muy importante prestar atención a las fechas en las que se dan los regalos a los niños, por ejemplo, todavía no hay terminado de abrir regalos de Navidad y ya reciben los regalos de Reyes. Esta situación provoca en ocasiones que no se preste demasiada atención a los regalos en sí, perdiendo éstos su valor, ya que la atención se focaliza en el proceso de recibir los regalos, y no en los regalos en sí.
También es cierto que el exceso de regalos sobreestimula a los niños, reduciendo su nivel de tolerancia a la frustración, puesto que se alimenta su creencia de que obtienen todo lo que demandan, pudiendo llegar a producirles una constante insatisfacción.
Por otro lado, los medios de comunicación representan un papel importante, debido a la saturación de anuncios de juguetes en la televisión, y a la amplia oferta de los mismos, todo ello nos puede llevar a hacer una mala compra de regalos a los más pequeños.
Una técnica eficaz que podemos llevar a cabo a la hora de regular esta avalancha de juguetes hacia nuestros niños es la famosa técnica de los cuatro regalos, que consiste realizar cuatro regalos de diferentes características:
- Un regalo para usar (puede ser una prenda de ropa, unas zapatillas, etc.)
- Un regalo para leer
- Un regalo que el niño desea (algo que hayan pedido en sus cartas)
- Un regalo que necesiten (como elementos escolares, elementos deportivos, un instrumento que les gustaría aprender a tocar, etc.)
Existen, sin embargo, algunos aspectos que no se deben pasar por alto a la hora de escoger los regalos. Hemos de tener en cuenta siempre el criterio del niño, ya que es importante que además de gustarle el regalo, también lo use. Es importante prestar atención también a la edad recomendada de los regalos, para que puedan aprovechar al máximo su funcionalidad. Finalmente, los regalos educativos constituyen una apuesta segura, ya que los mejores obsequios para los más pequeños son los que les aportan beneficios estimulando su desarrollo físico, cognitivo y social.
Patricia Peña Casquero, Psicóloga Infanto-Juvenil CV-13613
Psicóloga de La Casita Bilingual School de Torrevieja