Por actividades extraescolares entendemos aquellas actividades educativas y estructuradas que se llevan a cabo fuera del horario escolar establecido, es decir, durante el tiempo libre de nuestros niños, a fin de conseguir objetivos educativos o lúdicos, como el aprendizaje de habilidades, conocimientos, o diversión. Muchas actividades también sirven para fomentar valores, tales como el respeto por los iguales, responsabilidad, empatía o incluso la interculturalidad.
Así pues, realizar actividades extraescolares conlleva muchos beneficios, sin embargo, conviene analizar previamente si es el momento adecuado y cuáles son las actividades apropiadas para nuestros niños. Una de las principales señales de alarma que nos indica que los niños no se beneficiarán de dichas actividades es la siguiente: si notamos al niño muy cansado, se irrita con facilidad, le cuesta mantener la atención o presenta problemas para dormir, puede ser señal de que se encuentra sobrecargado, por lo tanto, es el momento de modificar las rutinas para ofrecerle una mayor cantidad de actividades lúdicas o tiempo libre.
Existen multitud de opciones que pueden resultar muy amenas y beneficiosas para nuestros niños, pero antes de decantarnos por alguna, debemos tener en cuenta sus gustos y preferencias, además de asegurarnos de que se imparten de forma lúdica.
Conforme avanzan los estadios de desarrollo, los niños adquieren la capacidad para verbalizar sus gustos y opiniones. Por ello, resulta fundamental que antes de apuntarlos a alguna actividad, les preguntemos cuál es la que prefieren, además de tener en cuenta los beneficios que supone la misma.
En el caso de los menores de 3 años, una muy buena opción extraescolar puede ser ir al parque con papá o mamá a jugar, de forma que se beneficiará de variables imprescindibles, como la presencia de sus progenitores, la relación con niños cercanos a su grupo normativo, y la oportunidad de disfrutar del juego no estructurado.
De esta forma, hemos de tener en cuenta las siguientes premisas:
- Hablar con el profesor, a fin de informarte sobre el método que utiliza en sus clases
- Establecer un horario de actividades, consensuando con los niños más mayores que deberán comprometerse a respetar
- Tener en cuenta que un horario demasiado estructurado puede no resultar beneficioso, puesto que favorecemos la rigidez en los niños
- Dejar un tiempo estipulado para que el niño pueda jugar libremente a diario
Por último, y no menos importante, es imprescindible evitar sobreestimular a los niños, por ejemplo, apuntándoles a varias actividades extraescolares a la vez. No debemos guiarnos por lo que pueden hacer otros niños, cada uno es único y presenta un nivel de tolerancia diferente. Por lo general, es suficiente con apuntarles a aquella actividad que más le entusiasme y que asista a ella dos veces a la semana durante una hora u hora y media.
De esta forma, a la pregunta ¿clases extraescolares, sí o no? Respondemos SI, pero con prudencia, escogiendo actividades moderadas que favorezcan el desarrollo de habilidades en nuestros niños, pero sin sobreestimularlos y sin que las mismas supongan una obligación para ellos. No olvidemos que los niños siguen siendo niños, y que precisan de tiempo para disfrutar.
Patricia Peña Casquero, Psicóloga Infanto-Juvenil CV-13613
Psicóloga de La Casita Bilingual School