Esta es una receta fácil y rápida, perfecta para sacarnos de un apuro si se nos presenta una visita inesperada y queremos ofrecer un dulce casero. Os recomendamos tener siempre hojaldre en la nevera o el congelador, no solo para poder hacer la tarta ultrafina de manzana y vainilla, sino para muchas otras recetas. Es un ingrediente muy versátil que no debe faltar en vuestra cesta de la compra al que se le puede sacar mucho partido en la cocina.

Ingredientes para ocho o diez raciones

– Una lámina de hojaldre

– cuatro manzanas tipo Golden

– zumo de un limón

– 1 cucharada de esencia de vainilla

– 1 cucharada de azúcar vainillado

– 2 cucharadas de azúcar blanco

– dos cucharadas de mermelada de albaricoque

– almendra laminada para decorar (opcional)

 

Cómo hacer tarta ultrafina de manzana y vainilla

Exprimimos el zumo de limón y, en un bol amplio, lo mezclamos con la esencia de vainilla. Pelamos las manzanas y las descorazonamos. Cortamos por la mitad y, después, en finas láminas. Según las vamos cortando las introducimos en el bol y las removemos para que se cubran de limón y no se oxiden (no pasa nada si esto ocurre, pero se oscurecen y quedan poco estéticas).

Extendemos la lámina de hojaldre sobre una bandeja de horno cubierta con papel sulfurizado. Sobre el hojaldre colocamos la manzana laminada, sin llegar al borde. Doblamos el borde hacia el interior apretando bien para que no se desdoble. De esta manera no se escaparán los jugos durante el horneado por toda la bandeja.

Mezclamos los dos tipos de azúcar y espolvoreamos la tarta con ellos. Introducimos en el horno precalentado a 220ºC, en la parte central, y horneamos primero con el calor solo en la parte inferior durante cinco minutos para que el hojaldre quede bien crujiente. Después cambiamos a calor arriba y abajo y la dejamos diez minutos más.

Mezclamos la mermelada de albaricoque con una cucharadita de agua y la calentamos ligeramente (ya sea en el microondas o en un cacito al fuego). Con ayuda de una brocha y muy suavemente, pincelamos toda la superficie con ella. Servimos con almendra laminada tostada por la superficie y espolvoreada con azúcar glas (opcional).

La mejor manera de disfrutarla es recién horneada. La podemos acompañar de un poco de helado de vainilla 

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