El equipo de Gobierno ha convocado un acto de homenaje a las víctimas del bombardeo que sufrió Torrevieja en 1938 al que han acudido también miembros de Sueña Torrevieja, vecinos de la localidad y Dolores Aniorte Manresa, quien contaba con 8 años cuando sucedió el bombardeo y recuerda perfectamente aquel día. El alcalde, José Manuel Dolón, ha depositado un ramo con 19 rosas blancas simbolizando a las 19 víctimas mortales del ataque que tuvo lugar el 25 de agosto de 1938.
El acceso al recinto portuario es el espacio en el que se ha celebrado este sencillo acto con el que el alcalde ha expresado que pretende recordar, 79 años después “un acontecimiento histórico en Torrevieja, muy triste y muy doloroso para muchas familias y para muchas personas, que causó 19 muertos y mucho dolor en muchas familias”.
El primer edil ha recordado que desde que accedió al Ayuntamiento este equipo de Gobierno “decidimos recuperar para la memoria de nuestra ciudad y de toda España ese acontecimiento que durante 79 años han tratado de que quedara en el olvido. Allí hubo dos muertes –ha asegurado- la primera la del bombardeo y la segunda el interés denodado de que esa página de nuestra historia no trascendiera, no fuera conocida ni tuviera testimonio de aquel momento”.
Dolón también se ha referido a la intención del equipo de Gobierno de levantar un monumento conmemorativo que por distintas circunstancias aún no se ha materializado. Al respecto, ha asegurado que se hará, pero que mientras llega ese momento “lo importante es la restitución y la recuperación de la memoria histórica para que este acontecimiento esté en la memoria de todos los torrevejenses, para que sea un acontecimiento que nadie pueda obviar ni olvidar. Ese es nuestro compromiso y en ese sentido vamos a seguir trabajando”.
En este homenaje ha estado presente Dolores Aniorte, quien tenía 8 años cuando el 25 de agosto de 1938, a las 10 de la mañana Torrevieja recibió un ataque aéreo por parte de una escuadrilla italiana localizada en Mallorca. A esas horas su madre estaba en la cola del mercado aunque no resultó herida, y ella se escondió en el refugio de la calle Joaquín Chapaprieta. Dolores ha explicado que recuerda aquel día perfectamente y que la sensación de miedo le acompañó durante años cuando escuchaba el ruido de los aviones o de las sirenas.
Como la madre de Dolores, los torrevejenses que vivieron de forma directa el ataque, en su mayoría mujeres y niños, hacían cola con sus cartillas de racionamiento para recibir pescado en el muelle del “Turbio”. El bombardeo tuvo un ángulo de entrada que afectó al Faro, siguió por el Relleno, la Plaza Waldo Calero, la Fábrica de la Luz y terminó en Cabo Cervera. Entre los 19 fallecidos sólo una persona superaba los 60 años, cinco rondaban la treintena, siendo el resto menor de 30 años, de los que 8 eran niños, el menor de 2 meses. Salvo tres militares, el resto era población civil. Hubo familias que perdieron hasta tres miembros en el ataque.