La primera salida al feudo de uno de los teóricos favoritos se saldó con la evidente decepción del resultado, si bien habría mucho que matizar, y trataremos de hacerlo en las siguientes líneas. Hasta la fecha, los rivales del Torrevieja (salvo el Universidad de Alicante) no ocupaban puestos altos de la clasificación, por lo cual el duelo del Perfecto Rico Mira se podría estimar —sin que los demás hayan sido fáciles, que nunca lo son— como el primero de alto calibre de la temporada. Una vez acabado el partido, pese al amargo sabor del viaje de vacío, habremos de estimar que nuestro equipo no desmereció en absoluto, ni por ganas ni por hechuras, al que salió vencedor. Si hay que apuntar una causa, al margen de la infortunada fase postrera en la que se decidió todo, repetiremos la que adelantábamos aquí: con los efectivos tan justos, con las fuerzas tan limitadas, la moneda no siempre puede caer de cara: en caso de tropezón, al no haber capacidad de respuesta, llevaremos la de perder. Pues el tropezón se produjo, y en el momento más inoportuno.
Durante la primera parte ofreció el Torrevieja una excelente impresión. Sin perder el sitio, ganando la pugna en el medio campo —pese a las fuertes entradas de los locales, que se cargaron de tarjetas— y con profundidad en un ataque al que sigue faltándole remate, o al menos alguien que estuviera presente para tener la opción de conectar con algún envío. A los 17 minutos, recogiendo un rechazo de la defensa, Ramiro controló en el borde del área y disparó cruzado a bote pronto, obligando a Omar a rechazar. Cinco después, la mejor jugada de los visitantes: en la banda derecha, Vicente Boix cedió a Juampe, cuyo centro fue cabeceado por Vicente Zaragoza hacia el poste izquierdo, con respuesta igualmente de Omar, que repelió a córner. El Pinoso, que hasta entonces no se había acercado, llegó en el 24 en una oleada por la derecha con disparo desde lejos de César, rechazado con los pies a córner por Buyo. Poco después, Vicente Boix, con gran visión de la jugada, se anticipaba a una penetración de Sergio Fenoll, que se quedaba solo tras una buena pared con sus compañeros.
En una acción de clara tarjeta amarilla —salto arrollando por la espalda a Ramiro—, le fue perdonada la segunda a Omar Maqueda. También se discutiría otra, que habría acarreado expulsión, del asimismo amonestado Sergio Fenoll. Los locales seguían empleándose con excesiva fuerza. En el minuto 38, combinaron Juampe y Vicente Zaragoza, que forzado no pudo controlar ante el guardameta. Tras la reanudación, la lucha se hizo más intensa y los ataques más espesos. Ahora lo intentaba el Pinoso, que no obstante no creaba peligro. Generó su oportunidad más clara a los 15 minutos de este segundo periodo, en un lanzamiento de golpe franco de Perea, rematado alto en carrera y a bote pronto por José David. Tres después, Víctor Oliver cabeceó cerca del palo izquierdo un saque de esquina de Omar Maqueda. Transcurría el tiempo con ambos equipos entregados con total disciplina. Aunque escaseaban los ataques, en cualquier balón suelto podía venir el pase definitivo. Varios lances fueron abortados por el respectivo último defensor. Los porteros continuaban viendo la pelota lejos, pero según se acercaba el final cobraba mayor trascendencia cada jugada, cada rebote.
Se exigía máxima concentración para no regalar nada. En ello estábamos, como estaban también los pinoseros, cada vez con menos opciones de enganchar una combinación, mientras empezábamos a considerar como bueno el empate. Y entonces, ocurrió lo inesperado: cuando Walid iba de cara al balón para despejarlo, Verdú lo cabeceó hacia su portero inquietado por la presencia de Ramón Fenoll; al quedarse corta la cesión, y con Buyo fuera del área a la desesperada, el delantero tuvo además el mérito de meter el cuerpo, revolverse y colocar el remate ante el acoso del central. Echando el resto para evitar la adversidad, sólo dos minutos después de encajar el gol, los salineros tuvieron su ocasión: Vicente Zaragoza dio un gran pase diagonal a Manu Amores, cuyo centro raso no fue bien cortado por la zaga local; la pelota quedó muerta a los pies de Santi, que en tal situación remató en semifallo y sin dirección. En estas dos jugadas, por orden de trascendencia, se había decidido el resultado. Si nunca gusta la derrota, y menos la primera, lo que menos ha gustado de ésta ha sido la forma de producirse. Esta vez el 1-0 fue al revés.
FICHA TÉCNICA
Categoría: Preferente Valenciana.
Grupo: cuarto.
Temporada: 2017-2018.
Jornada: 8.
Estadio: Perfecto Rico Mira (césped natural).
Fecha: sábado 21 de octubre de 2017.
Hora de comienzo: 17.31.
Pinoso (camiseta roja con mangas negras, calzón y medias negros): Omar, César, Germán, José David ©2, Adrián, Víctor Oliver, Omar Maqueda (Raúl 80’), Ramón Fenoll, Sergio Fenoll (Perea 39’), Johnny © (Antonio José 60’) y Jahiro. No jugaron: Fran (portero) y Cuenca. Entrenador: Rubén Ortega Gracia (sancionado).
Club Deportivo Torrevieja (camiseta, calzón y medias amarillos): Buyo, Vicente Boix ©, Tranche, Walid, Verdú, Vicente Zaragoza, Manu Amores, Ramiro, Flores, Pablo Coria y Juampe (Santi 76’). No jugaron: Manu Vidal (portero), Lewis, Mario y Booker. Entrenador: Antonio Pedreño Saura.
Árbitro: Serna Valero (Pedro), de Orihuela, auxiliado por Botella Cereceda (Eduardo) y Sánchez Bailén (Daniel Fidel). Amonestó a los locales Omar Maqueda (16’), Jahiro (19’), Sergio Fenoll (29’), José David (40’), Víctor Oliver (41’) y Adrián (79’), y a los visitantes Tranche (53’) y Ramiro (58’).
Incidencias: Primer partido de esta temporada que el Torrevieja juega en sábado. Sergio Fenoll hubo de retirarse lesionado. A los 26 minutos del segundo tiempo, el juez de línea principal, Botella Cereceda, fue atendido por el ayudante sanitario local de un tirón en el muslo derecho. Se jugó el último cuarto de hora con los focos del estadio encendidos. El Torrevieja pierde su condición de invicto esta temporada.
El gol: 1-0, 83’:
Ramón Fenoll corre a por una cesión de cabeza hacia atrás corta de Verdú, Buyo sale del área para despejar, pero llega antes el delantero, que en el área se zafa también de la presión de Verdú y marca con un remate colocado por arriba.