Así que, he decidido que voy a intentar conducir por aquí. Lo primero que tenía que hacer es convalidarme el carnet de conducir, que al ser Europeo es muy sencillo, solo tengo que hacer unas fotocopias y pagar unas tasas y listo. Y hace unos días fuimos Carlos y yo a convalidarlo, y cuando entregamos los papeles nos dice el árabe que trabajaba allí, que faltaba el permiso de mi marido para poder conducir. La verdad es que me lo tuvo que repetir en inglés un par de veces porque pensaba que lo había entendido mal, pero no. No pude evitarlo, me dio un ataque de risa, menos mal que el chico era majo y siguió bromeando y riéndose me dijo: “le tienes que hacer caso a tu marido en todo”. No me lo tomé a mal, porque un día antes fuimos al banco para ponerme en la misma cuenta corriente de Carlos, algo normal en España, y el del banco no podía entender por qué Carlos quería poner a su esposa en la misma cuenta. No paraba de decirle que si estaba seguro, que si yo iba a ver todos sus movimientos, que si iba a tener acceso a todo… Pero al final, después de insistir, lo pudimos hacer. Así que, ¡ya tengo tarjeta!, igual Carlos tendría que haberle hecho caso al del banco, ¡que tiemble Dubai! Tengo más peligro con una tarjeta de crédito…
Bueno, pues ya tengo el carnet de conducir, ahora solo me falta animarme. Pero, ¡conducen como locos! Aquí no se respetan las colas, te adelantan y se meten por donde pillan, y si hay mucha cola, pues se salen de la carretera y van campo a través con sus todoterrenos, en fin, un caos. Y claro, alguien con mi problema ve eso, además de las enormes autovías de 4 o 5 carriles para cada lado, y se acojona.
Además, hay que tener en cuenta, que el coche medio en Dubai es un todoterreno. Así que mejor un coche grande para no sentir que en cualquier momento te pasan por encima. Aquí la mayoría de los expatriados (así es como nos llaman los locales), tenemos coches de alquiler, es un leasing, pagas cada mes y te cubre todo o casi todo. Al no haber impuestos, los coches son bastante más baratos que en España. Y además el precio de la gasolina es bajísimo, puedes llenar un deposito de 60 litros por menos de 100 dirhams. Él dirham es la moneda de aquí, y más o menos 1€ equivale a 4 dirhams, así que llenamos un depósito de 60 litros por ¡25€! Así es más sencillo tener uno de esos todo terrenos, ¿verdad? Por cierto, en las gasolineras no tienes que apagar las luces ni el motor, ni siquiera tienes que bajar del coche, ya el chico se acerca, te pregunta si quieres algo más y te cobra desde tu cómodo asiento. ¡Ah! y podemos encontrar alfombrillas para el coche del Real Madrid y del Barça, que obsesión tienen con esos dos equipos, en cuanto decimos que somos españoles ya están preguntando “¿Real Madrid o Barça?”
Las carreteras en Dubai, me recuerdan mucho a las de Estados Unidos. Con tantos carriles, esos puentes, y también al igual que allí los semáforos están al otro lado de la calle. Pero lo que más me llamó la atención, fue los “espantapájaros” de las obras. Cuando hay obras en la carretera lo señalizan como en todos lados con los conos, luces, etc, pero además, ponen unos muñequitos, que mueven el brazo de arriba a abajo.
Y ya sabéis que esto es un desierto, y llover pues llueve más bien poco, pero cuando llueve es un caos. La rambla Juan Mateo no tiene comparación con esto. Se arma tal estropicio en las carreteras que llaman de los colegios para que recojamos a los niños antes de que empeore la situación, y el Jeque manda un comunicado diciendo que al día siguiente no hay clase. Y luego pasa lo que pasa, que al día siguiente hay un sol reluciente que abrasa y la lluvia está más que seca, pero los niños están en casa. Así que, mis hijas cuando ven que caen cuatro gotas me miran esperanzadas y me preguntan “¿mañana no hay clase?”
En fin, no sé si me atreveré a conducir. Pero siempre puedo coger un taxi con el techo rosa, que son más monos, solo aptos para mujeres. O coger el bus aprovechando que aquí las paradas tienen aire acondicionado. O robar uno de los tantos camellos que nos encontramos por esas largas carreteras desérticas… Si, creo que me voy a decantar por el camello